Steve Jobs es conocido por su capacidad para visualizar áreas de oportunidad. Además, destaca por el talento con el creó y convirtió aApple en una compañía líder. Sin embargo, una de las variables particulares que ha determinado su éxito es rodearse de los ‘mejores’, lo que, en buena medida, cubrió sus carencias.
Estas prácticas profesionales no están limitadas a los grandes ejecutivos o propietarios de empresas, ya que pueden aterrizarse como filosofías de trabajo prácticamente en cualquier negocio, dicen especialistas.
Jobs cofundó la empresa de tecnología en 1976, siendo su primer lanzamiento la computadora Apple I. En 1985 salió de la empresa tras algunos problemas con directivos de la firma, para regresar en 1987 y dar un giro completo a la organización, gracias al lanzamiento de nuevos productos, como la computadora G3 en 1998 y la primera generación del iPod en 2001.
El 24 de agosto anterior, Jobs presentó su renuncia como director general de Apple, para quedarse como presidente del consejo de la empresa, pero había estado bajo licencia del cargo desde el 17 de enero por motivos médicos que aún no se dieron a conocer.
El liderazgo extraordinario de Steve “salvó a Apple” y guió a la empresa a una posición estratégica, desde el punto de vista de la innovación, declaró en fechas recientes Art Levinson, miembro del Consejo directivo de la firma de tecnología.
¿Qué significa tener un liderazgo único y qué otros rasgos diferenciaron a Jobs de sus pares en la dirección de Apple, como fue el caso de John Sculley, o Michael Spindler? Analistas de la escuela de negocios española Esade refieren que el valor diferencial de Jobs ha sido aprender a rodearse de gente con gran talento, lo que le permite dar vida a los más revolucionados proyectos.
Existen, además, otros rasgos del ex CEO que lo convirtieron en la ‘estrella’ principal de la compañía, y son cualidades que se pueden aplicar para tener una mejor trayectoria empresarial y profesional. En seguida, cuatro lecciones que Jobs ha legado al ámbito del management, de acuerdo con la opinión de Luis Felipe Cabrera, director asociado de la división de negocios del Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe y Ciudad de México
1. Conocimiento de los procesos. Muchos CEOs en la actualidad se enfocan en la planeación, pero ahora el nombre del juego es ‘ejecutar’. Es decir, como empresario necesitas garantizar que cada estrategia, objetivo, acción propuesta, etcétera, se lleve a cabo todos los días. Además, la fase del control es fundamental.
Steve Jobs se mueve en una fórmula de tres elementos: planear + ejecutar + controlar, aunque eso implique una gran inversión de tiempo. Los horarios del empresario podían ser “hasta las 4:00 de la mañana, y eso acompañado de su equipo de trabajo”, menciona el especialista del Tecnológico de Monterrey.
2. Tomar la iniciativa. “En mercadotecnia nos enseñan que debemos investigar mercado”, entre otro tipo de indicadores. Eso es importante, pero no lo único. Para marcar la diferencia también hay que aprender a ser visionario, y eso implica perder ‘miedos’. Jobs, en ese sentido, es un ejecutivo ‘como pocos’ porque él imagina cosas que ni el cliente tiene en mente. “Esa es una gran diferencia entre él y otros (directivos) en el planeta tierra”, comenta Cabrera.
3. Sabe con quien trabaja. Una frase común en Jobs es: ‘los mejores gerentes son esas personas que nunca soñaron con serlo’. Es una persona que, aun con las diversas obligaciones que debía cumplir, apostó, durante su dirección, a formar un equipo que estuviera apegado a su visión.
Eso habla de otra regla de negocios en el medio empresarial. Como director hay que participar en las entrevistas del personal que ocupará, al menos, puestos estratégicos. Jobs solía preguntar en esos encuentros: “¿tú que vas a aportar?”. No desde el punto de vista curricular, sino en valor agregado en términos de innovación, de talento diferencial.
“Tú no puedes dejar entrar a tu casa a cualquiera”. Esa consigna hay que llevarla a la empresa y, como jefe, estar al pendiente de los procesos de contratación.
4. Hacer equipo con los mejores. Cuando Jobs comenzó con el desarrollo de Apple, en el garaje de su casa, no era un experto en la parte técnica. Eso no le impidió seguir adelante. Para eso se alió con Steve Wozniak, quien creó las primeras computadores, conocidas como Apple I y II, a mediados de los años 70.
La lección en este caso es: si te juntas con gente de primera, los resultados son de ese tipo. “Hay directores que se unen a gente de ‘veinteava’ clase, y te vuelves eso”, expresa Cabrera. Ser un líder como Jobs, “transformacional, que inspira a otros”, puede ser algo complejo de cumplir. En opinión del experto, los hay “uno entre un millón de personas”.
Eso no implica que resulte imposible obtener resultados destacados en la labor como profesionista y empresario. “Se puede ser un líder con ‘l’ minúscula”, que busca generar un alto impacto en su ámbito inmediato, subraya.
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