Vaya por delante que no estamos ante un simulador de conducción. Si nos enfrentamos a este nuevo título de Ubisoft con la idea de que competimos en circuitos, con físicas reales y que se establezcan rankings de resultados puede resultar algo demasiado chocante y decepcionante. Pero si «The Crew» lo disfrutamos como lo que es, tiene mucho sentido.El juego plantea una historia sobre ruedas, una especie de «road movie» en donde la excusa es tomar uno de esos vehículos de tanto carisma como un Aston Martin V8 o Ford Mustang, combinados por otros supercoches o modelos clásicos americanos como Chevolet Camaro.
Esta propuesta incorpora algunos aspectos de los clásicos títulos de carreras, pero al que se le ha añadido modos multijugador online. Eso sí, aunque original, la idea no es totalmente innovadora, ya que en otros títulos como «Forza Horizon» ya se dan detalles de esta cuerda. El mejor aspecto es la base cooperativa que ofrece un sentido distinto e intenso. Aquí seguimos una trama (la excusa para desbloquear contenidos) que actúa de columna vertebral de las distintas misiones. Somos Alex Taylor, un piloto de carreras ilegales, que se infiltra en una red llamada 510.
El mapa es muy amplio y extenso. Esta es su gran virtud Nos movemos por amplios parajes, llanuras y carreteras urbanas de todo Estados Unidos, desde los estados de Virginia a Oregón. En total, doce ciudades icónicas del país y un tamaño de 6.000 kilómetros de carreteras. Cada escenario plantea retos distintos y la orografía es cambiante. Hay más de mil lugares que descubrir, un aspecto más que positivo. En conjunto, este título se basa en una dinámica de misiones en mundo abierto con la necesidad de explorar los territorios para acceder a mejoras y las competiciones.
Podemos asistir a un terreno de difícil conducción a unas calles de una ciudad ideales para derrapar. Lo que viene siendo modelos para todos los gustos. Residen en el juego hasta cinco kits de tuneado específico, en función de las necesidades del territorio en el que nos movemos (Rendimiento, Circuito, Calle, Rally y Asalto). A las primeras de cambio se nos ofrece la posibilidad de adquirir un primer vehículo con un dinero embolsado, que iremos personalizando conforme avanzamos en la historia, ganamos puntos y desbloqueamos mejoras. Así, al coche de serie podemos pintarle diferentes señas de identidad, modificar partes del motor y la carrocería con todo lujo de detalles, que o bien será una cuestión estética o bien imprimimos potencia.
A lo largo del mapa se pueden encontrar puntos para «tunear» nuestros coches. Son como garajes clandestinos en donde tendremos la oportunidad de iniciar la personalización o ver los progresos. Arrancamos con un coche estándar en el Medio Oeste, en Detroit, cuna de la industria automovilística americana, antes de conducir por los bulevares de Miami con un coche de carreras tuneado.
En ese mapa del que hablamos nos encontramos con diferentes jugadores que andan por ahí sueltos, buscando misiones que realizar o buscando compañeros de fatigas. Esas misiones se pueden disputar en modo individual pero también en modo cooperativo si alrededor se encuentran otros jugadores y si desean participar en una competición en concreta, con lo que tendremos que estar abonados a un servicio como PlayStation Plus o Xbox Live Gold. Ahí uno de los fallos del sistema, es decir, que no siempre hay conductores cerca y al final el modo individual será el que utilicemos con mayor constancia, lo que desluce la experiencia.
La dimensión se vuelve más intensa con las competiciones de cuatro contra cuatro que se desenvuelve entre grandes prestaciones. Aquí es posible trazar estrategias, como utilizar a un miembro del equipo para que se quede rezagado de la carrera y que actúe de parapeto. Pero existen muchas para echarle horas en un solo jugador, tales como carreras estándar, misiones contrarreloj, eliminaciones, subidas, huidas, persecuciones, conducción en zigzag.
Todo se desarrolla bajo un escenario de total libertad de movimientos. Hay una misión principal y múltiples añadidos, que iremos buscando o encontrándonos de forma fortuita por el camino. El resultado es momentos de adrenalina, un compendio de gasolina y ruedas quemadas. La Inteligencia Artificial es un aspecto a tener en cuenta, que supone otra de sus virtudes, ya que está lo suficientemente avanzada como para apreciar movimientos de salida de carreteras, choques y persecuciones muy conseguidas.
En cuanto a la calidad gráfica, no obstante, hay que decir que no es fotorrealismo y las físicas brillan por su ausencia, ya que se imprime el modo arcade en donde prima más la diversión que la simulación. Es decir, cuando un coche se estrella puede que se produzca un giro inesperado y un cambio de dirección, pero los golpes se recuperan automáticamente, con lo que el rendimiento no de altera. Ese rendimiento también difiere bastante en función de los vehículos escogidos, los escenarios y, sobre todo, las distintas mejoras añadidas.
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